LONDRES. La probabilidad de que un asteroide transforme la vida en la Tierra al provocar una extinción masiva depende del lugar donde ocurra el impacto, según revela un estudio publicado hoy por la revista “Nature”.
Una investigación de la Universidad de Tohoku y el Instituto de Investigaciones Meteorológicas de Tsukuba (ambos en Japón) estableció que solo el 13 % de la superficie terrestre cumple con las mismas condiciones que cambiaron radicalmente el futuro del planeta hace 66 millones de años.
Ese es el caso de una zona concreta de la península de Yucatán, en México, donde el impacto del asteroide que formó el cráter de Chicxulub causó la extinción del 75 % de las especies, incluidos los dinosaurios.
Su superficie, explican los expertos, está formada por rocas sedimentarias ricas en hidrocarburos y azufre, y la combustión provocada por aquella gran colisión generó la emisión de “hollín estratosférico” y “aerosoles de sulfato”.